lunes, 14 de octubre de 2013

3 X 1

Hola.
Las "manos inquietas" como yo, que tenemos mil cosas entre manos, al final, no encontramos un lugar donde ponerlas, sino que acaban ocupando cualquier rincón de casa.
Queriendo terminar con ésto y tener "las obras a medias" en un lugar en concreto, me debané la cabeza y con estos materiales, di suelta a la imaginación.


Encargé una láminas cortadas, como si fuera un cubo, de 40 x 40. Eso si, las láminas sueltas. Después comenzó lo divertido, con la grapadora en una mano y tornillos y destornillador en la otra.

Primero forré las caras internas del cubo. Por fuera no hace falta, porque iban tapadas. Seguido, monté el cubo, con la base incluida forrada por ambos lados. Coloqué las ruedas y marqué las visagras de la tapa.


Con bien de esponja, de unos cuatro centímetros de grosor, forré todo el lateral del cubo, para que no hubiese peligro de darnos un golpe con ella. Lo cubrí bien, y lo recubrí con la tela exterior bien estirada. En mi caso, una vez medida la caja, me limité a coser la tela, y luego, como quien pone un calcetín, montarlo. Con la esponja costó meterlo y con la  ayuda de la grapadora, lo sujetamos bien, y con un bies, escondemos las grapas.

En la tapa, le coloqué unas buenas capas de esponja, para que fuera muy cómodo sentarse en él, e igual que con el cubo, lo forré bien, poniéndole un pequeño detalle, de cordón forrado en biés en todo el perímetro, de color naranja, a juego con el interior.



Tapamos las imperfecciones con bies, colocamos las visagras, y una pequeña solapa para que nos sea más fácil abrirlo. El fallo, es el bies de la tapa. Me volví loca buscando uno del mismo color que la tela naranja, pero me fue totalmente imposible.




Pero el resultado me gusta. Además es un tres por uno. Uno, porque sirve para guardar esas tareas que tengo a medias, con una buena capacidad. Segundo, porque sirve para tener las piernas elevadas. No veais lo cómodo que es estar sentada cosiendo y las piernas estiradas en él. Aunque lleves tiempo, no duele nada, por lo mullido que ésta, y además a la altura idonea. Al final es de 52 cm. de alto por 42 de ancho. Y por último, porque es asiento idóneo para tocar el piano mi hija. De la altura perfecta. Y hace juego con la funda que hace tiempo le hice al piano o teclado. ¿Se puede pedir más?


Nos gustan estas manualidades, cuando al final sirven para algo más que para adornar.

Espero que no os haya aburrido mi parrafada. Si habeis llegado hasta aquí, un saludo, y si no, pues también.

Eva

2 comentarios:

  1. chica eres un fenómeno, te atreves con todo, y encima te queda bien, en casa tienen que estar encantados contigo.
    besucos

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